Los kernels de Linux modernos han movido la configuración de los modos de vídeo al kernel. Algunas tarjetas gráficas no funcionan correctamente tras este cambio, por lo que el proceso de instalación de Linux falla de un modo u otro; en mi caso, el sistema se reinicia a los pocos segundos de empezar el proceso de arranque del sistema, aunque lo habitual es que la pantalla se quede “en blanco”.